Un total de 50 universidades otorgaron 41.000 títulos de bachillerato y licenciatura en 2023. Uno de cada tres fue otorgado por las cinco universidades públicas de Costa Rica; mientras que la proporción restante por las 45 universidades privadas restantes.
En cuanto al tipo de carrera de los títulos otorgados, cerca de cuatro de cada 10 títulos entregados por ‘u’ públicas correspondía a carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés); mientras que en centros privados cae por debajo de tres.
Los números de títulos otorgados varían sustancialmente entre instituciones de enseñanza. Por un lado, están las universidades estatales, que registraron todas más de 1.350 títulos entregados en 2023. Hay 17 universidades privadas grandes que entregaron más de 500 diplomas; 12 medianas, que emitieron entre 100 y 500; y 16 que ni siquiera alcanzaron la centena (siete de ellas ni siquiera alcanzaron la veintena).
¿Cómo se comportó la graduación por universidad en 2023? EF le muestra los datos de graduación por universidad, así como la proporción por centro educativo de títulos entregados en carreras STEM y no STEM.
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Graduados por U
Para realizar este trabajo, EF utilizó como referencia las bases de datos elaboradas por el Consejo Nacional de Rectores (Conare), en la cual se contabilizan todos los títulos otorgados por universidades públicas y privadas del país; así como el área de estudios correspondiente de los mismos.
A partir de esa revisión, fue posible determinar que 10 universidades (una quinta parte del total en Costa Rica), incluidas las cinco públicas y las cinco más grandes del sector privado, aportaron un 61,6% de la graduación total del país.
La que hizo un aporte más significativo, con distancia, fue la Universidad de Costa Rica (UCR), como es usual. Sus casi 6.000 títulos emitidos en 2023 representaron un 13,6% del total nacional.
A la UCR le siguió la también estatal Universidad Nacional (UNA), con poco más de 3.200 certificados; así como la principal ‘u’ privada, la Universidad Latina, con poco menos de 3.000.
De estas tres universidades, más del 40% de la promoción fue en carreras STEM en la UCR y en la Latina, pero la proporción baja a un 20% en la UNA.
Además de la Universidad Latina, otras 10 universidades privadas superaron la barrera de los mil títulos entregados en 2023. Ellas fueron la Metropolitana Castro Carazo, la Universidad de las Ciencias y el Arte (UCA), la Internacional San Isidro Labrador (Uisil), la Americana (UAM), la de San José, la Fidélitas, la Santa Lucía, la Florencio del Castillo, la San Marcos y la Hispanoamericana (UH).
En seis de ellas, sin embargo, el porcentaje de graduados en carreras fuera de áreas STEM superó el indicador general del país.
Por otra parte, los números también dejan en evidencia la existencia de un grupo de 13 centros de enseñanza con operaciones extremadamente reducidas, que apenas graduaron a menos de 50 personas con títulos de bachillerato y licenciatura en todo 2023. La Universidad Evangélica de las América, apenas a tres estudiantes, en las carreras de Administración de Recursos Eclesiásticos y Teología.
Importancia de los sectores
EF también revisó cómo se comporta la graduación de profesionales, según el sector privado o público de sus casas de enseñanza, por sector académico.
A pesar de que las universidades públicas solo otorgan uno de cada tres títulos, superaron esa proporción en seis áreas: recursos naturales (100%), ciencias básicas (89%), artes y letras (63%), ciencias sociales (52%), ingeniería (45%) y computación (41%).
En tanto, las universidades privadas superaron su promedio de dos de cada tres títulos otorgados en campos como derecho (87%), ciencias de la salud (81%) y educación (70%).
En carreras de ciencias económicas, por otra parte, la relación entre ‘u’ públicas y ‘u’ privadas es casi la misma que en el plano general.
Especialistas en la materia como la investigadora Valeria Lentini, del Programa Estado de la Nación (PEN), han explicado en entrevistas con EF que esta situación podría responder a la dificultad que implica para la mayoría de las universidades privadas del país financiar inversiones en laboratorios, reactivos químicos, equipo informático y otras cuestiones, las cuales son esenciales para atender a estudiantes de ramas STEM.
Ese tipo de inversiones, explicó, es imposible para varios de los centros privados; que entonces enfocan su oferta académica en carreras más tradicionales, para las que suele bastar con disponer de un aula e insumos tecnológicos básicos.
“El costo de una carrera STEM es mucho más alto, por los equipos y los insumos; pero también por el personal que va a dar clases, que usualmente tiene una formación muy alta y que requiere una remuneración lo suficientemente atractiva para querer dar clases en lugar de acceder a otro sector empleador (...) Si doy educación, voy a titular más rápido y con una inversión menor que en ingenierías, donde tengo que estar cambiando las máquinas, o en química, donde tengo que cambiar reactivos”, puntualizó, consultada meses atrás por estas tendencias.